Bueno, la manecilla de los años va lento, pero en algún
momento llega el momento en que hace ‘tic’ y hay una fiesta, pasa de 27 a 28,
como ahora, y vale la pena ver que pasó mientras tanto.
Mis 27 años empezaron con una fiesta, de la cual solo
recuerdo el “seminario”, el resto, por lo visto, pasó al olvido, eso no hace
que no haya “valido la pena”, pero… hace ver que lo del seminario, fue algo
especial. Gonzalo habló del ninja, Mariela habló del castillo, Facundo del faso,
Mariel habló de adorno, yo no hablé, pero tomé vino, que trajo facu.
Haciendo memoria, fuimos a lo de Paula y jugamos Team
Fortress, viciamos muuuucho rato.
Yo estaba terminando la carrera, estaba rindiendo seminario…
veo los mails de esas épocas y casi lloro… no había caído en la cuenta de que
hace un año, me parecía mucho más lejano, como de otra era. En ese momento mi
eje era la facultad, mis pesares tenían que ver con los docentes, con hacer el
trabajo, con recibirme, ahora lo siento tan lejano.
Blue Lemon estaba naciendo, estábamos intentando cobrar lo
de representaciones, nunca nos salió lo de cobrar, estábamos empezando la única
aplicación “no tan buena” que hicimos.
Después me recibí, ante la incredulidad de todos los
docentes, que no daban un peso por que eso llegara a ocurrir alguna vez y volví
a hacer una fiesta, esta vez más multitudinaria (recordando 8 años de
sufrimiento) comimos comida muy rica e hice un poco más largo el deshonroso
acto de pedir dinero. La fiesta estuvo muy buena, la comida estuvo genial (fue
bondiola) y la gente la pasó muy bien. Yo hoy, no puedo evitar pensar, que todo
eso tuvo algo de casualidad.
Después la vida siguió, yo seguí en el BAPI bastante tiempo
más, Rafa se fue a Mar del Plata, Mariel se puso a estudiar a Foucault y yo
intenté ponerme todo ese tiempo que (creí ingenuamente) ahora si tenía, porque
no tenía que estudiar esas materias de mierda.
No tuve tanto tiempo, pero algo más hubo, porque ahí mi
código se hizo más lindo y aprendí un montón, pero ni por un segundo sentí que
tuviera más tiempo. Quien sabe, quizás si hubo más tiempo, ahora que lo miro en
retrospectiva. Aprendí mucho, eso si.
Ahí por un tiempo, hice más deporte, ya venía con el
fulbito, y agregué el gimnasio, estuve muy bien con eso.
Se mudó Andrés, se mudó Gonzalo, fui a las respectivas
casas, pero menos de lo que hubiera querido, estuve muy enganchado con la compu
y le dejé de dar bola a casi todo lo demás. Empecé la carrera de Ingeniería en
sistemas un tiempo antes de inscribirme, ahora que lo veo desde otro lado, fui
a un par de clases aisladas, hice un curso de bases de datos en Stanford,
después, me inscribí en UTN.
Pero uno se pregunta como llegó a donde llegó y la respuesta
suele ser la misma “de a poco”. Una perdida de contacto con amigos, una
desconexión muy grande, tuvo sus frutos a la larga, ya a principio de 2012,
había perdido mucho contacto con todo el mundo y cuando me juntaba con alguien
tenía que remarla, porque no sabía de que hablar. Dejé el gym, perdí el futbol
y perdí una parte del lenguaje del resto de los mortales. De a poco me fui
intentando reincorporar, y como siempre, lo insoportable es que también se sale
“de a poco”, así que anduve en eso desde principios de este año hasta ahora.
Por otro lado, me puse seriamente a aclarar mis proyectos a
largo plazo, y aunque no escribí casi nada, escribí y hablé mucho más sobre mis
proyectos que otros años, leí el texto que me recomendó Mariel y seguí algunos
pasos, me ayudó mucho. Después leí Focus que también me enganchó, y logré
llevar a la práctica muchas cuestiones y sacarme bastante la locura que venía
llevando.
Si de viajes se trata, mis viejos se pasaron bastante, unos
se fueron a ecuador o a las canarias, o esas islas caribeñas y la otra se fue
Europa. Nosotros, en cambio, nos fuimos a Villa Urquiza y la verdad que fue un
logro, porque la pasamos bien, y somos gente muy difícil, así que es un logro.
Los días en la playa, el agua, el barro, las caminatas eternas, el helado, el
juego de las cartitas, las mañanas no me las acuerdo bien. Pero no me acuerdo
de las peleas eternas, no me acuerdo de las caras de ojete, así que me parece
que algo nos salió bien.
Empecé la facultad con el pie derecho, me recordó mis
primeros años de facultad, cuando las materias eran fáciles, cuando no entendía
por qué a los otros les costaba tanto.
Bueno, como ya saben, esta historia, no tiene un final…
terminó en el párrafo anterior.